Es conocido como el desafío 777 desde
que el famoso montañista británico Ranulph Fiennes lo logró en 2003.
Desde entonces menos de 200 personas
lo han podido completar, cifra que en comparación con las más de 4.000 que
subido a la cima del Monte Everest refleja lo difícil que resulta para el
cuerpo humano hacer frente al reto de correr siete maratones, en siete
continentes y en siete días.
La proeza se volvió a completar este
miércoles en Miami, Estados Unidos, tras pasar por la Antártica, Sudáfrica,
Australia, los Emiratos Árabes Unidos, España y Chile.
En total fueron 295.365 metros
corriendo, 63 horas de vuelo y casi 90.000 kilómetros recorridos por todo el
planeta, incluyendo el tiempo vital de recuperación y descanso entre cada
maratón.
Condiciones extremas
En la edición 2019, los ganadores
fueron el estadounidense Mike Wardian y la británica Susannah Gill, quien logró
finalizar en un tiempo récord acumulado de 24 horas, 19 minutos y nueves
segundos.
Además de quemar unas 5.000 calorías
por día.
"Fue una ambición completamente
loca que quise hacer. El desafió fue demasiado irresistible para mí", le
dijo Gill a la BBC
La corredora ganó su categoría en
seis de los siete maratones. Y en el que no ganó, el primero que corrió, quedó
segunda.
Ese fue el que se llevó a cabo el
pasado 31 de enero en la Base Novolazárevskaya, de la Antártica, enfrentando
temperaturas de 35 ºC bajo cero.
Luego corrieron en Ciudad del Cabo y
al tercer día compitieron en Perth, donde el termómetro subió hasta los 35 ºC.
La lista de maratones la completaron
Dubái, Madrid y Santiago, antes de viajar a Miami para la etapa final.
"Ha sido una semana
extraordinaria. Me encantó, aunque ha sido duro", reconoció la corredora
británica.
"Si bien ninguno de nosotros ha
dormido en una cama esta última semana, y que probablemente nunca dormimos más
de tres horas seguidas en el asiento de un avión, es extraño que nadie quiera
ir a la cama porque eso significa que todo terminó".
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