Redacción la mula.pe
La práctica del tejido del ela
constituye una expresión de la creatividad y talento de las portadoras de esta
tradición.
El Ministerio de Cultura declaró como
Patrimonio Cultural de la Nación a los conocimientos, saberes y técnicas
asociados al tejido del cachiguango o ela, práctica tradicional del pueblo
urarina, asentado en el departamento de Loreto.
Según reseña la Resolución
Viceministerial N.º 115-2019-VMPCIC-MC, los conocimientos y prácticas asociados
a dicho tejido cumplen un rol de suma importancia en la conservación de los
ecosistemas inundables entre los que habitan los urarina.
“El pueblo urarina aprovecha los
recursos de los ecosistemas inundables de manera eficiente y sostenible desde
hace cientos de años, clasificando, nombrando y estableciendo controles
sociales para no dañar estos espacios. Así, los conocimientos, las prácticas y
los valores del pueblo urarina son la mejor garantía para su conservación”,
destaca el texto publicado hoy en el diario oficial “El Peruano”.
El cachiguango o ela se confecciona a
base de fibras de aguaje (mauritia flexuosa) o alaa, recolectada de los
múltiples aguajales que rodean las comunidades urarina. Los hilos son cruzados
mediante un telar de cintura. Para darles color, las tejedoras tiñen los hilos
de fibra de aguaje con tintes extraídos de plantas como lüriane (rojo) y
cúrcuma (naranja); así como una tierra oscura conocida como itanicha (negro).
El cachiguango o ela es usado como
artículo personal a modo de tapete sobre el cual se descansa por las noches.
Además, es utilizado para envolver a los difuntos.
De otro lado, las investigaciones
señalan que este tejido constituye una especie de moneda y que adquiere valor a
través del intercambio con otros pueblos. Por ello su producción, circulación y
consumo es esencial para la reproducción de la sociedad urarina.
Además, el cachiguango contribuye a
la perpetuación y fortalecimiento de la cultura e identidad urarina; toda vez
que su elaboración es una actividad que une el pasado ancestral de los urarina
con el presente, pues el aprendizaje del tejido se realiza en el espacio
familiar, en donde las niñas miran tejer a sus madres y abuelas. Cabe destacar
que esta pieza está asociada a la mujer y que los mitos urarina refuerzan la
idea del tejido del cachiguango o ela como una tarea central en la vida de las
mujeres, por lo que el no saber tejer les traería consecuencias negativas. En
tal sentido, la práctica del tejido del ela constituye una expresión de la
creatividad y talento de las portadoras de esta tradición.
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