Redacción BBC Mundo
Una dieta rica en bananas, garbanzos y maní mejora la flora
intestinal de los niños desnutridos, y esto les da un renovado impulso a su
crecimiento, según una investigación llevada a cabo por científicos de la
Universidad de Washington, en St. Louis, Estados Unidos.
Estos alimentos resultaron particularmente buenos para
estimular las bacterias saludables, de acuerdo al estudio que se centró en
niños severamente desnutridos en Bangladesh.
En estas condiciones, añade, hay más probabilidades de que
crezcan los huesos, el cerebro y el cuerpo en general.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la
desnutrición infantil es un problema de salud global crítico que afecta a más
de 150 millones de niños en todo el mundo y representa casi la mitad de las
muertes en niños menores de cinco años.
Además de ser débiles y pequeños, muchos niños desnutridos
tienen comunidades incompletas o "inmaduras" de bacterias en sus
intestinos, en comparación con niños saludables de la misma edad.
Estimular a las bacterias buenas
Los
investigadores a cargo del estudio creen que esta inmadurez en el tracto
digestivo de los niños con deficiencias nutritivas puede ser la razón que
explique la falta de crecimiento.
Pero no todos los alimentos son igualmente buenos para
resolver este problema.
Los científicos estudiaron los principales tipos de bacteria
presente en los microbiomas sanos de niños en Bangladesh.
Luego, experimentaron para ver qué grupos de comidas
estimulaban a estas importantes bacterias en ratones y cerdos.
Más tarde, probaron durante un mes diferentes dietas en 68
niños bangladesíes de entre 12 y 18 meses.
Los resultados de este ensayo fueron publicados en la revista
Science.
Después de monitorear la recuperación de los niños, una dieta
se destacó entre todas: la que contenía una pasta de bananas, soja, harina
de maní y garbanzos.
Hallaron que esta dieta estimulaba los microbios del
intestino vinculados al crecimiento de los huesos, el desarrollo del cerebro y
al sistema inmunológico.
Además, se trata de ingredientes baratos y aceptados
en Bangladesh, aunque también se consiguen a bajo precio y no causan rechazo en
otras partes del mundo.
Reparación
Jeffrey Gordon, profesor de la Universidad de Washington y
autor principal de estudio, junto con colegas de Centro Internacional para la
Investigación de la Diarrea en Daca, Bangladesh, explicó que el objetivo era
"apuntar a los microbios para la recuperación".
"Los microbios no ven bananas o maní, simplemente ven
una mezcla de nutrientes que pueden usar y compartir".
"Esta fue la fórmula que funcionó mejor en humanos y
animales, ya que produjo una mayor reparación", afirmó Gordon.
Otras dietas con abundante arroz o lentejas no funcionaron
tan bien y, en algunos casos, produjeron aún más daños en la flora intestinal.
Gordon explicó que aún no está del todo claro por qué estos
alimentos funcionaron mejor. Ahora se está llevando a cabo un ensayo más
completo para ver si esta dieta tiene efectos a largo plazo sobre el peso y la
altura de los niños.
"Esta es una comunidad de microbios que se extiende
mucho más allá del intestino", dijo.
"Está íntimamente ligada al estado de salud y
necesitamos entender los mecanismos para poder también repararlos en el
futuro".
¿Qué es el microbioma?
§ Eres más microbio que humano: si
cuentas todas las células de tu cuerpo, solo el 43% son humanas.
§ El resto es tu microbioma e incluye
bacterias, virus, hongos y arqueas (un grupo de microorganismos unicelulares)
§ El genoma humano -las instrucciones
genéticas que hacen a un humano- está hecho de 20.000 instrucciones llamadas
genes
§ Se conoce como el segundo genoma y
está vinculado a enfermedades entre las que se incluyen las alergias, la
obesidad, enfermedad inflamatoria intestinal, Parkinson, depresión y autismo.
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ResponderBorrarLa naturaleza no hizo al hombre un animal esencialmente carnívoro. Sus antepasados se habían alimentado de hojas, semillas y frutos durante millones de años y la carne, cuyas grasas y proteínas proporcionan más energía con un volumen considerablemente menor de ingesta que la alimentación vegetal, exigió una adaptación (ya apuntada en el Homo habilis) a la nueva dieta no ya sólo de sus dientes, sino lo que es más importante, del sistema digestivo, con la disminución de los protozoos ciliados que digieren la celulosa de un régimen vegetariano normal en el tubo digestivo de los animales.