"La comunidad mundial tiene que mantenerse unida ahora.
Esto está más allá de la soberanía de un país. Esto tiene consecuencias
globales", afirmó Christof Schenck, destacado biólogo que ha trabajado en
las áreas protegidas del Manu y Tambopata
Grandes territorios de la Amazonía, principalmente en Brasil
y Bolivia, se han convertido literalmente en un infierno para la fauna, flora y
las poblaciones que viven en las zonas afectadas por los incendios, que este
año se han incrementado en más del 80% en comparación con 2018, según el
Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE).
El fuego que azota el bosque tropical más grande del mundo
-que se expande por nueve países de Sudamérica, incluido el Perú- dejará graves
consecuencias en los ecosistemas del lugar, afirman los expertos.
Muerte y destrucción
En medio de los incendios, los animales intentan huir, pero
pocos lo logran y la mayoría perece en su lucha por sobrevivir. Imágenes de
agencias internacionales como EFE y AFP muestran animales carbonizados por el
fuego, que aún está lejos de extinguirse y que amenaza con expandirse ante la
continuidad de la temporada seca.
“La mayoría de ellos [los animales] morirá. Los grupos más
grandes de animales y especies son los insectos. Tienen muy poca capacidad para
escapar. Lo mismo ocurre con los anfibios y los reptiles. Las aves y los
mamíferos, por supuesto, tratarán de huir del fuego. Su éxito dependerá de la
velocidad y el tamaño del fuego. Aún si lo logran, su hábitat habrá desaparecido”,
explica a El Comercio el biólogo Christof Schenck, director ejecutivo de
Frankfurt Zoological Society (FZS), una organización ecologista alemana que
trabaja en Sudamérica.
El bioma amazónico alberga a unas 30.000 especies de
plantas vasculares, unos 2,5 millones de especies de insectos, 2.500 especies
de peces, más de 1.500 especies de aves, 550 especies de reptiles y 500
especies de mamíferos, de acuerdo a la Organización del Tratado de Cooperación
Amazónica (OTCA).
Los pueblos indígenas, también en peligro
En los más de 7,4 millones de kilómetros cuadrados que
comprende la Amazonía, viven tres millones indígenas, que integran unos 420
pueblos diferentes y 60 viven en total aislamiento, de acuerdo la OTCA. Aún se
desconoce si los territorios ancestrales de estos pueblos han sido afectados
directamente.
“Si fueron afectados, desafortunada y tristemente, sufrirían
el mismo efecto que todos los organismos del bosques. Incluso podrían morir en
el incendio si no huyen lo suficientemente rápido o si los rodea el fuego. Pero
incluso si lograran escapar, su hogar y su base de vida habría desaparecido.
Los incendios de esta magnitud son un claro crimen contra la humanidad”, afirma
Schenck.
El indignante final que podrían tener las tierras quemadas
Organizaciones ecologistas señalan a la deforestación y a la
temporada seca como los responsables de los incendios en la Amazonía, que ha
sido destruida en un 20 % en los últimos 50 años por intervención del hombre,
que busca cada vez más territorio para la agricultura, ganadería y explotación
de riquezas minerales.
El experto, que lideró investigaciones sobre fauna en las
áreas protegidas del Manu y Tambopata durante la década de 1990, explica que
con estos incendios -en su mayoría provocados- “el hábitat de los animales
desaparece y nunca regresará, ya que los lugares quemados se convertirán en
tierra de ganado o en producción de aceite de palma o de soya. Esa es la razón
por la que se queman los bosques y ni siquiera se extrae la madera. Por lo
tanto, no habrá regeneración. Es una pérdida total. En caso de que no se
permita la transformación en tierras agrícolas, se necesitarán cientos de años
para que se recuperen todos los ecosistemas”.
“Solo hay ganancias privadas a corto plazo para algunos
individuos y tremendas pérdidas a largo plazo para el bien común”, alerta.
Un impacto a largo plazo
Los expertos de Greenpeace y del Fondo Mundial para la
Naturaleza (WWF) han señalado a la deforestación como la responsable del
incremento de incendios en la Amazonía, que tiene el 20% de las reservas de
agua dulce del planeta. Incluso un informe de la BBC, que cita investigadores
del INPE, alerta que gran parte de la Amazonía puede transformarse en sabana si
la situación sigue igual.
“Los grandes lugares desforestados necesitan millones de años
para recuperarse. Los incendios destruyen este tesoro global. No hay peor lugar
para el fuego que la Amazonía”, detalla Schenck.
La comunidad internacional ha centrado su atención en los
incendios en Brasil y el presidente Jair Bolsonaro, que ha rechazado la ayuda
externa para combatir el fuego, mantiene su criticada política en la Amazonía,
cuya tasa de deforestación, según datos del INPE, se incrementó cuatro veces
desde que asumió el cargo a inicios de 2019.
Entonces, ¿hay modo de hacer frente a esta situación o
estamos en un punto de no retorno?
“Si pensamos que este es un punto de no retorno, entonces
iremos directamente a la catástrofe global. La desforestación y la estación
seca es otra manera de describir el comportamiento criminal de algunas
personas. Los responsables de esta catástrofe global son aquellos que inician
el fuego, aquellos que se benefician de la tierra quemada y quienes permiten
estos incendios desde el punto de vista político. La comunidad mundial tiene
que mantenerse unida ahora. Esto está más allá de la soberanía de un país. Esto
tiene consecuencias globales. Necesitamos al Consejo de Seguridad de la ONU”,
asegura Schenck.
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https://elcomercio.pe/tecnologia/ciencias/incendio-amazonia-indignante-final-tierras-quemadas-pray-for-amazonas-mexico-colombia-argentina-noticia-669738
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