Publicado diario El País.24/09/2019
Casi 70 países se han comprometido este lunes durante la
cumbre del clima organizada por Naciones Unidas en Nueva York a revisar sus
planes de recorte de emisiones de gases de efecto invernadero para poder
cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. Este pacto establece que todos
los Estados deben reducir esas emisiones que sobrecalientan el planeta para
cumplir un objetivo común: que el incremento de la temperatura (que juzga
irreversible) se quede por debajo de los dos grados centígrados con respecto a
los niveles preindustriales y si es posible por debajo de 1,5. Pero, como ha
advertido de nuevo la ONU, el planeta está ya en un aumento de un grado, y los
planes de recorte de los Estados son insuficientes: llevarán a un incremento de
más de tres grados a finales de siglo. Naciones Unidas calcula que, para
cumplir la meta de 1,5 grados, se necesita que los esfuerzos aumenten entre
tres y cinco veces.
Por eso se requiere que los países se comprometan a revisar
ya sus planes que establecen las medidas de recorte que se deben tomar durante
la próxima década. El compromiso de esos 70 países, sin embargo, no resultará
suficiente, ya que no figuran tres de los cuatro principales contaminadores:
China, EE UU y la India.
“Esta no es una cumbre para venir a hablar, a negociar; no se
negocia con la naturaleza”, ha advertido el secretario general de la ONU,
António Guterres, durante la apertura de una cita marcada por las protestas de
los jóvenes en todo el mundo por la pasividad de los Estados ante la crisis
climática. “Estamos en un agujero y debemos dejar de cavar”, ha alertado en
referencia a unas emisiones que no paran de crecer y que, si no se toman nuevas
medidas, seguirán aumentando durante la próxima década pese al Acuerdo de
París.
Cuando se firmó este pacto, los negociadores de los casi 200
países que lo cerraron en la capital francesa en 2015 ya eran conscientes de
que se necesitaban planes más duros. Por eso se establecieron revisiones
periódicas al alza de esas contribuciones nacionales, que son voluntarias y
establecen metas para 2025 y 2030. La primera revisión es en 2020 y el objetivo
de Guterres al convocar esta cita en Nueva York era forzar a los gobernantes a
presentar esos planes más ambiciosos.
Pero el contexto en el que se firmó París, con China y EE UU
colaborando, es muy distinto del actual, en el que los dos países más
contaminantes están inmersos en una guerra comercial. Y eso tiene su reflejo,
por ejemplo, en el listado de Gobiernos que se han comprometido este lunes ya a
aumentar sus esfuerzos dentro de la alianza impulsada por Chile, que acogerá en
diciembre la cumbre anual del clima. Los firmantes más destacados de ese
compromiso son europeos; figuran Alemania, Francia, España, Noruega y
Finlandia, por ejemplo. Esto no significa que, de aquí a final de 2020, no haya
más países que se sumen a esta iniciativa y revisen sus planes de mitigación,
han señalado fuentes de la delegación chilena que cerró este pacto.
“El cambio climático es un desafío global que solo podremos
superar todos juntos”, ha remachado Angela Merkel. La canciller alemana llegó a
Nueva York con su nuevo plan climático, cerrado el viernes por su Gobierno de
coalición, bajo el brazo. Y ha recordado que su objetivo es reducir las
emisiones alemanas un 55% en 2030 y llegar a la neutralidad en 2050, en línea
con lo que propone la ONU. Se trata de la misma meta que ha defendido el
presidente francés, Emmanuel Macron, para el conjunto de la UE. Macron, además,
ha propuesto que Europa vincule sus relaciones comerciales internacionales al
cumplimiento del Acuerdo de París y a la no deforestación.
En esta ocasión, la Unión Europea, sin embargo, no ha podido
presentar un compromiso unitario, como suele hacer en este tipo de cumbres,
entre otros asuntos, porque las elecciones europeas han hecho que la Comisión
se encuentre en una situación de interinidad. En todo caso, lo que se espera es
que el compromiso de la UE llegue hasta reducir un 55% sus emisiones en 2030,
lo que supondría 15 puntos más que el plan presentado en 2015 dentro del
Acuerdo de París. “Hay una amplia mayoría que ya lo apoya”, ha informado Donald
Tusk, presidente del Consejo Europeo. “No es más que cuestión de poco tiempo”,
ha dicho sobre la aprobación de esa meta para 2050 por parte de todos los
Estados.
La UE junto a China, EE UU y la India acumulan cerca del 60%
de todas las emisiones del planeta. La India y China, a diferencia de EE UU, sí
han participado en la cumbre, aunque no se han sumado a la coalición que lidera
Chile para incrementar los planes o que ya trabajan en ello. Rusia, el quinto
emisor mundial y que este lunes anunció que termina de adherirse completamente
al Acuerdo de París, tampoco. Por lo tanto, solo con el compromiso de esos 70
países no es ni mucho menos suficiente.
Aumentar los esfuerzos, y llegar a una reducción de al menos
un 45% para 2030, era una de las peticiones que había lanzado Guterres en el
marco de esta cumbre. Otro de los requerimientos, para cumplir con el objetivo
del 1,5, es que los países preparen estrategias para llegar en 2050 a la
neutralidad de carbono —que el dióxido de carbono expulsado a la atmósfera sea
igual al capturado, por ejemplo, a través de los bosques—. Y, según la
información facilitada por la ONU, en esta cumbre 77 países se han comprometido
con esa otra meta a largo plazo. Además, también se suman 10 Gobiernos
regionales, 102 ciudades, 93 empresas y 12 grupos inversores. La aparición de
este tipo de actores al margen de los Estados es algo que se ha potenciado tras
la marcha atrás dada por Donald Trump, que en 2017 confirmó su intención de
retirar a su país del Acuerdo de París, algo que, según una cláusula del pacto
no se podrá consumar hasta 2020.
Huelga mundial
La pérdida de liderazgo y de ambición contra el cambio
climático desde los Estados ha sido evidente desde que hace casi cuatro años se
firmó el Acuerdo de París. Pero, paralelamente, han surgido unas movilizaciones
que han llenado las calles de jóvenes que claman contra la inacción. Y sus
protestas, que se espera que culminen el viernes con una gran huelga mundial,
han tenido un papel importante en la cumbre. De hecho, la cara más visible de
estas protestas, la activista sueca Greta Thunberg, ha participado este lunes
junto a otros jóvenes en la apertura de la cumbre con Guterres.
“Están fallándonos a los jóvenes”, ha lamentado Thunberg. “No
tendría que estar aquí, tendría que estar en el colegio al otro lado del
océano”, ha reprochado a los jefes de Estado presentes. “Me han robado la
infancia con sus palabras vacías”, ha espetado a los dirigentes reunidos en la
sede de Naciones Unidas. Lejos de evitar estos mensajes, la ONU los ha
potenciado. Y, en algunos casos, los ha asumido durante la cumbre. “Necesitamos
a los jóvenes, necesitamos la presión que están haciendo”, ha admitido Macron.
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