Publicado por Mongaby 13/11/2019
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- Mongabay Latam viajó hasta la comunidad nativa
de Puerto Nuevo y comprobó la presencia de campos de cultivos ilícitos.
- Según el Instituto del Bien Común, la
comunidad de Puerto Nuevo perdió más de 3000 hectáreas de bosque entre los
años 2000 y 2015.
El camino hacia el territorio de la comunidad nativa Puerto
Nuevo, en Ucayali, es una trocha plagada de huecos y charcos de agua. Son más
de tres horas las que debemos pasar a bordo de una furgoneta —un motocar
adaptado para transitar por estos caminos— para llegar hasta la zona invadida
de la comunidad, ahí donde hay cultivos ilícitos de hoja de coca.
Mientras avanzamos, Pedro Herma Hoyler, teniente alcalde de
Puerto Nuevo, cuenta que por esa zona alguna vez transitaron los caucheros,
pero que fueron los madereros quienes terminaron de abrir la trocha que ahora
sirve como única entrada al territorio invadido.
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Foto: Yvette Sierra Praeli. |
Casi cuatro horas después de partir de Aguaytía —capital de
la provincia de Padre Abad— un campo lleno de cultivos ilegales de coca se abre
ante nosotros. Está dentro del territorio comunal, en un espacio escondido
entre árboles que se resisten a ser talados, pero que posiblemente terminarán
cayendo ante el avance de los sembríos ilícitos.
A los pocos minutos, Pedro Herma nos obliga a salir del
territorio, considerado ‘zona roja’, pues teme que lleguen narcotraficantes que
operan en el área. “Pueden venir con machetes y armas. No tendríamos forma de
defendernos”, advierte.
Apuramos el paso para regresar. No hay nadie alrededor, pero
el temor ronda el ambiente mientras caminamos hacia la furgoneta que nos
llevará de regreso. Hugo Mosoline Holyr, coordinador de vigilancia comunitaria,
y Aldo Barbarán Malis, tesorero de la junta directiva de Puerto Nuevo,
confirman las advertencias del líder de la comunidad.
Batalla contra la ilegalidad
La comunidad nativa
cacataibo de Puerto Nuevo lleva más de una década luchando contra la
ilegalidad. En un tiempo fueron los madereros ilegales los que entraban a sus
bosques. Ahora se enfrentan al narcotráfico. “Los hemos expulsado más de una
vez”, confiesa el teniente alcalde de Puerto Nuevo con orgullo, mientras Hugo
Mosoline asiente en señal de aprobación.
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Foto: Yvette Sierra Praeli. |
Tiene un territorio de 68 924 hectáreas que se extienden
entre las regiones de Ucayali (distrito de Irazola, provincia de Padre Abad) y
Huánuco (distrito de Codo del Pozuzo, provincia de Puerto Inca).
Días antes de nuestro ingreso, una comitiva de comuneros
entró hasta los campos de coca para pedirle a los invasores que abandonen el
territorio comunal. En su recorrido encontraron 15 casquillos de bala de
escopeta desperdigados por el suelo.
No solo se encontraron balas, también descubrieron pozas de
maceración de pasta básica de cocaína y demás insumos utilizados en la
elaboración de esta droga. Todo quedó registrado en el acta de la asamblea
comunal del 18 de agosto, así como en la denuncia que hicieron ante las
autoridades de Pucallpa.
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Foto: Yvette Sierra Praeli. |
“La parte fronteriza con la región Huánuco viene siendo
invadida por colonos que la utilizan no con fines de vivienda sino con sembríos
de hoja de coca. Actualmente se visualizaron pozas de maceración”, dice el acta
de la asamblea.
En el documento también se menciona que los comuneros
presentaron 15 balas de revólver que fueron encontradas dentro del territorio
invadido.
El narcotráfico está metido en el territorio comunal. Plantas
de coca de unos 30 centímetros de alto crecen en el campo invadido al que
llegamos. Los troncos quemados confirmaban que ahí hubo un bosque con árboles
tan altos como los que se observaban a la distancia.
Ahora ya no están. Las plantas de coca han tomado el lugar.
Basta girar 360 grados para confirmar que el territorio está invadido. “Si
seguimos avanzando encontraremos muchas más plantaciones ilegales. Son campos
inmensos, cientos de hectáreas”, asegura Pedro.
Hasta un vivero encontramos en el lugar. Estaba en un
extremo, casi escondido, con varias hileras de plantones ordenados
estratégicamente. “Es un vivero de coca”, dice el teniente alcalde. Plantas que
seguramente se sembrarán en otro bosque arrasado para que la ilegalidad siga
creciendo.
La comunidad más deforestada de Ucayali
Puerto Nuevo es la comunidad nativa con mayor deforestación
en Ucayali, según el Instituto del Bien Común (IBC) que ha realizado una
investigación para determinar cuáles son las diez comunidades indígenas con
mayor deforestación en el Perú.
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Foto: Yvette Sierra Praeli. |
En el top 10 nacional, Puerto Nuevo ocupa el quinto lugar
después de Huascayacu, Shimpiyacu y Altomayo, en San Martín; y San José de
Karene, en Madre de Dios.
Es la única de la región Ucayali que ha ingresado a esa lista
con una pérdida total de 3487 hectáreas de bosque deforestados entre los años
2000 y 2015.
Sandra Ríos, investigadora del IBC, explica que la principal
causa de deforestación en esta zona de la Amazonía es el tráfico de tierras
para ganadería y expansión agrícola, así como las invasiones para los cultivos
ilegales. “Los cultivos ilegales de coca están avanzando en todo el Perú y se
instalan en comunidades nativas de difícil acceso y poca presencia del Estado”.
Ríos señala que a través de este análisis se intenta conocer
qué ha sucedido en las 1351 comunidades nativas tituladas que entre los años
2000 y 2015 perdieron 334 000 hectáreas de bosques, es decir, el 17 % de la
deforestación nacional en ese periodo.
Según el análisis del IBC, del total de comunidades nativas
que han sido evaluadas solo dos registran una deforestación mayor a 5000
hectáreas, mientras que el 89 % perdió menos de 500 hectáreas.
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Foto:Pedro Herma. |
“Son poquísimas las que tienen un área grande de
deforestación. Las comunidades nativas son las que menos deforestan, pese a que
las presiones externas siguen aumentando”, asegura la experta del IBC.
“Son foráneos que vienen de Ayacucho, de Huánuco y del VRAEM
(Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro) que invaden cada año nuestras
tierras para sembríos ilegales”, asegura Herma.
“Antes, con nuestras flechas, hemos actuado y desterrado a los
colonos. Como cuatro veces desalojamos a los ilegales. Con su motosierra, su
machete, sus metales y sus plásticos los hemos sacado”, cuenta Herma, ya de
regreso en Aguaytía.
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Foto:Pedro Herma. |
En el 2008 recuerda que también desterraron a 25 madereros
ilegales. En los años que siguieron desalojaron a unos 30 invasores que
sembraban coca de manera ilegal. “La última vez, en el año 2011, fueron 14
cocaleros”. Pero ahora son incontables los invasores. “Por más que cuidamos
nuestros bosques, entran por la espalda como una enfermedad”, dice con
desesperanza.
La coca ingresó primero por el sector que corresponde a
Huánuco y se ha ido extendiendo hacia el territorio situado en Ucayali. La
deforestación les está quitando los bosques primarios que aún conserva la
comunidad.
La furgoneta se detiene en el camino de retorno hacia
Aguaytía. Se debe atravesar un sector de la ruta que es mejor pasarlo a pie
mientras el conductor transporta el vehículo sin pasajeros, ya que el peso
podría ocasionar que pierda el control y la furgoneta caiga por una pendiente
muy profunda.
Aprovechamos para caminar un poco luego de tantos saltos por
la trocha mientras Pedro Herma nos muestra los bosques primarios frente a la
pendiente. “Todo eso es territorio de la comunidad”, dice.
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Foto:Pedro Herma. |
Las presiones externas se agudizan a partir del año 2000
—comenta Ríos del IBC— pues según las imágenes satelitales que observaron para
el estudio es en esta época que la deforestación en varios lugares de la
Amazonía empieza a chocar con los límites de las comunidades nativas.
Por eso a Ríos le preocupa el cansancio de las comunidades
indígenas ante la presencia de cultivos ilegales y el intento por frenar su
avance. “Los comuneros están perdiendo fuerza para proteger su territorio,
sobre todo por la presencia de coca ilegal. Vemos cansancio en la gente porque
sienten que el Estado no los apoya”.
Un operativo que no llega
“Antes hemos sembrado coca. Ahora ya no”, dice Carmen, quien
prefiere no decir su apellido mientras nos atiende en su bodega del caserío
Copa de Oro, ubicado a una hora del territorio invadido por la coca ilegal.
Es el único lugar poblado entre Aguaytía y nuestro destino
final. Se ven apenas unas casas dispersas en medio del paisaje que —según
cuentan los pobladores locales— albergan a quienes estuvieron del lado de la
ilegalidad.
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Foto: Yvette Sierra Praeli. |
Carmen dice que durante muchos años trabajaron junto a la
Comisión nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) —a cargo de la
política antidrogas del país— para erradicar los cultivos de coca. “Los
ilegales han avanzado, están al fondo, aquí ya no cultivamos coca”, asegura.
El ingeniero Paul Guimarey, analista del Proyecto Especial
Corah, confirma lo que dice Carmen. “Se erradica en una zona, pero aumenta en
otra. La demanda hace que los cultivos de coca ilegales avancen”.
Guimarey precisa que en estos lugares ocurre lo que se
denomina el efecto globo, es decir que cuando Corah erradica los cultivos de
coca ilegal en una zona, quienes se dedican a esta actividad se trasladan a
otro lugar “Avanza de la mano con la demanda del narcotráfico”.
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Foto: Yvette Sierra Praeli. |
En cuanto a los laboratorios clandestinos descritos por la
comunidad de Puerto Nuevo, el funcionario de Corah señala que en Ciudad
Constitución, Pichis Palcazu y Pachitea —lugares cercanos al sector de la
comunidad de Puerto Nuevo ubicada dentro de la región Huánuco— se han
encontrado pistas clandestinas, por tanto, “hay probabilidad de encontrar pozas
rústicas de maceración”.
De acuerdo con estadísticas del Proyecto Especial Corah
(Control y Reducción del Cultivo de la Coca en el Alto Huallaga), en el año
2018 se erradicaron 2244 hectáreas de coca ilegal en Aguaytía, capital de la
provincia de Padre Abad, que figura entre los lugares con mayor cantidad de
cultivos de coca ilegal en el Perú.
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Fuente: IBC. |
Mongabay Latam consultó con Devida sobre las actividades que
realizan en esta zona de la región Ucayali y específicamente en la comunidad de
Puerto Nuevo, pero no obtuvo respuesta alguna.
La comunidad ha denunciado la deforestación de sus
territorios ante la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental de Ucayali. El
fiscal a cargo del caso, Vladimir Rojas, dijo a Mongabay Latam que se están
haciendo las investigaciones necesarias para realizar un operativo en el
territorio de la comunidad nativa de Puerto Nuevo. “Según la Policía se trata
de una ‘zona roja’ por la presencia del narcotráfico. Estamos en coordinaciones
para poder ingresar con un destacamento de por lo menos 50 efectivos”.
El fiscal Rojas señala que la denuncia en su despacho es por
tala ilegal, pero que ha enviado un informe a la Fiscalía Antidrogas de
Pucallpa para que intervenga, porque se trata de una zona cocalera.
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Foto: Yvette Sierra Praeli. |
“En años anteriores hemos participado de la erradicación de
los cultivos de coca dentro de nuestro territorio. En ese momento desapareció,
pero ahora ha regresado”, comenta Hugo Mosoline, coordinador de vigilancia
comunitaria de Puerto Nuevo.
Preguntamos si tiene temor ante la presencia del
narcotráfico. “En mi comunidad no, pero salir al bosque es un riesgo”, responde
Mosoline.
Pese a los ofrecimientos, hasta ahora no se ha ejecutado
ningún ingreso a la comunidad de Puerto Nuevo. El jefe de la comunidad, Merino
Jept, reclama por ello. “Llevamos meses esperando que se concrete la
intervención fiscal y policial, pero hasta ahora no sucede. Le dijimos al
fiscal que no se puede esperar más y le preguntamos por qué si existen pruebas
aún no han entrado. Es un bosque que se está depredando completamente. Si no se
sanciona, la deforestación no se detendrá”.
*Imagen principal: Cultivos de coca en comunidad Puerto
Nuevo. Foto: Yvette Sierra Praeli.
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