BBC Mundo
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-54171643
El principal recuerdo que Moises Kampe guarda del pasado
9 de septiembre es un sonido.
Un ruido breve que escuchó
segundos antes de darse cuenta que había sucedido algo terrible.
Amigo de Kampe, el reconocido
experto brasileño en asuntos indígenas Rieli Franciscato yacía inmóvil en el
suelo, herido en el pecho por una flecha.
Poco después sería declarado
muerto en un hospital.
La flecha fue lanzada por un
grupo de nativos avistados en las cercanías de una granja en Seringueiras, un
pueblo de menos de 13.000 habitantes en Rondonia (oeste), uno de los nueve
estados brasileños por los que se extiende la selva amazónica.
Un lugar que es tan remoto que el
centro urbano más cercano, Porto Velho, se encuentra a más de 500 kilómetros de
distancia.
Seringueiras es uno de los varios
asentamientos que rodean una reserva indígena conocida como Uru-eu-wau-wau. Es
un lugar conocido por estar habitado por nueve tribus diferentes, incluidos
cinco grupos clasificados como aislados.
Aislamiento
Franciscato seguía al grupo visto
cerca de la granja como parte de su trabajo para la agencia gubernamental
Fundación Nacional del Indio de Brasil (Funai).
Fue el líder de uno de los grupos
de trabajo cuya misión era monitorear y proteger comunidades como esta.
"Es posible que esos
indígenas nunca sepan que Rieli fue uno de los mayores defensores de los derechos
indígenas de Brasil", señala Kampe a la BBC.
A diferencia de países como Estados Unidos, Brasil y algunas
otras naciones sudamericanas tienen un gran número de grupos originarios
clasificados como no contactados: pueblos tribales que no alcanzaron
comunicación pacífica con las poblaciones predominantes de las áreas en las que
viven.
Rieli Franciscato era uno de los expertos en pueblos indígenas más respetados de su país. |
Se estima que existen más de 100 de estos grupos en todo el mundo y que más de la mitad están ubicados en la región amazónica.
Viven sin un contacto sostenido
con sus vecinos y el mundo.
Poco se sabe sobre ellos, el
tamaño su población y los idiomas que hablan.
Brasil tiene más de 305 grupos
indígenas conocidos y 274 dialectos diferentes identificados hasta ahora.
Se conoce tan poco sobre el grupo
que se cree que mató a Franciscato, que Funai simplemente lo describe como
"los aislados del río Cautário", un asentamiento próximo a la
frontera con Bolivia.
Se estima que la región amazónica alberga a la mayoría de las tribus aisladas |
Lamentablemente, es más que probable que los originarios con que se cruzó el experto en Seringueiras tuvieran malos recuerdos de encuentros anteriores con el mundo exterior.
"Estas personas siempre son
acosadas por cazadores, madereros y agricultores. No hay forma de que puedan
saber quién las amenaza o no", explica Moises Kampe.
Añade que es posible que los
vieron y pensaron que eran agresores. "No podemos culparlos por lo
sucedido'".
Riesgo de extinción
Kampe no exagera.
Expertos de grupos de derechos
indígenas como el movimiento Survival International señalan que la deforestación
en la Amazonía ha puesto a muchas tribus aisladas en riesgo de extinción.
Los conflictos con los invasores
son una de las principales amenazas que enfrentan estos grupos.
"El hombre del agujero"
Un ejemplo emblemático es el caso
del "hombre del agujero".
Este es uno de los apodos
utilizados por los funcionarios y los medios de comunicación en Brasil para
describir a un hombre que, desde 1996, se cree que es el único sobreviviente de
una tribu aislada.
Se ganó el sobrenombre gracias a
su técnica de cavar agujeros para atrapar animales. Ni siquiera se sabe qué
idioma habla.
Otra amenaza para esos grupos
indígenas es la destrucción del hábitat, que afecta su suministro de alimentos.
Una de las pocas imágenes del "Hombre del agujero" tomada en 2018. |
Desde 2014, una tribu conocida anteriormente por su forma de vida aislada llamada Mashco-Piro realiza una serie de excursiones fuera de su territorio.
En una de esas ocasiones
preguntaron por la desaparición de los jabalíes, que son una de sus principales
fuentes de alimentación.
"Las tribus no contactadas
son los pueblos más vulnerables del planeta", sostiene Sarah Shenker,
investigadora principal de Survival International.
"En la Amazonía, poblaciones
enteras de indígenas están siendo empujadas al borde del precipicio",
indica en referencia al peligro que corren por la explotación de recursos de la
zona.
Historias para dormir
Moises Kampe es un brasileño con
raíces indígenas.
Su apellido proviene del nombre
de su tribu, los Kampe, que hace tiempo dejaron el aislamiento.
Moises Kampe acompañaba a Rieli Franciscato cuando recibió el flechazo. |
Creció escuchando historias de sus abuelos sobre los "pueblos que todavía vivían en el bosque" muchos años después de que otras tribus se pusieran en contacto con los hombres blancos.
Por otro lado, los brasileños
indígenas se ven afectados de manera desproporcionada por los problemas
socioeconómicos.
Según el último censo en ese país
(2010), son 900.000 de la población total de 209 millones. Casi el 20% de ellos
vive en la pobreza extrema.
Entre los habitantes en general,
la proporción de personas que viven en esas condiciones se reduce al 6%.
Las tribus aisladas siguen siendo
un misterio para Kampe, ya que nunca ha visto a "un no contactado" en
vivo; incluso el día en que mataron a su amigo, no llegó a ver al que lanzó el
flechazo desde el bosque.
Una política de no contacto
La principal razón por la que
persiste el misterio es que, desde finales de la década de 1980, Funai adoptó
una política de no contacto que puso fin a décadas de encuentros guiados con
tribus indígenas aisladas.
"En primer lugar, podemos
ser muy peligrosos para los indígenas simplemente por estar demasiado cerca de
ellos", le dice a la BBC Sydney Possuelo, expresidente de Funai, a través
de una videollamada.
Sydney Possuelo diseñó las nuevas políticas del gobierno brasileño con los pueblos indígenas aislados. |
"Pero el problema principal aquí es que no tenemos derecho a interferir en la forma en que viven estas personas", afirma.
Possuelo, de 80 años, es el
denominado "sertanista" más famoso de Brasil, un tipo de experto
indígena que es una mezcla de antropólogo, aventurero y activista de derechos.
En el pasado, participó en
expediciones que resultaron en primeros encuentros con siete tribus previamente
desconocidas. Pero Possuelo también es conocido como el hombre que cambió las
reglas de esos contactos.
La pauta principal es que las
tribus aisladas deben ser monitoreadas para que los equipos obtengan la mayor
cantidad de información posible sobre su territorio y hábitos, lo que incluye
seguir sus huellas e investigar los avistamientos.
Los contactos con pueblos aislados son controlados en Brasil desde la década del 80. |
Pero el contacto está prohibido en su mayoría, a menos que sea iniciado por los propios indígenas.
Una de las pocas excepciones es
dejar cerca de los asentamientos herramientas como hachas y machetes, que son
regalos muy útiles para las tribus que dependen de la recolección de cazadores
y la agricultura a pequeña escala.
La amenaza de un simple
resfriado
"Terminamos con la sensación
de gloria personal al hacer contacto con grupos de personas que a veces viven
de la misma manera que sus antepasados antes de la llegada de los europeos en
el siglo XVI", explica Possuelo.
Añade que si realmente se quiere
proteger a estas poblaciones hay que dejarlas en paz.
"El contacto rara vez es
algo que beneficie a los indígenas. Cada vez que sucede, pierden un poco de su
cultura", indica.
Además, Possuelo aprendió,
durante una operación con una tribu amazónica en 1979, que un simple resfrío
puede propagarse rápidamente y matar a las personas de estos grupos.
Como no tienen contacto regular
con muchas enfermedades, no tienen inmunidad desarrollada para ellas.
Los pueblos aislados son vulnerables a enfermedades como un simple resfrío. |
En medio de la pandemia de
covid-19, ese precedente se vuelve aún más importante.
Existe otro argumento convincente
a favor de una mayor protección para los pueblos indígenas aislados: varios
estudios demostraron que las tierras indígenas son las áreas menos deforestadas
de la Amazonía.
"Son los verdaderos
guardianes de la naturaleza", dice Sarah Shencker de Survival
International.
La investigadora señala que ellos
son los "grandes expertos en preservación".
"Es su vida y están
contribuyendo al bienestar del planeta en su conjunto", agrega.
Una administración hostil
Pese a las advertencias, el
presidente Jair Bolsonaro, quien llegó al poder en enero de 2019, expresó
públicamente su apoyo a una mayor explotación comercial de la Amazonía.
Y esta política incluye tierras
indígenas.
Desde que asumió el cargo, los
grupos de derechos indígenas reportan un aumento en los episodios de conflicto
que involucran a indígenas en áreas rurales.
Bolsonaro está a favor de una mayor explotación en la zona amazónica. |
El presidente también anunció que no se declararán nuevas reservas protegidas "mientras esté en el cargo".
El gobierno de Bolsonaro llegó a
intentar el traslado de la toma de decisiones sobre las aprobaciones de tierras
indígenas del Ministerio de Justicia al de Agricultura, un cambio que luego fue
revertido por la Corte Suprema brasileña.
Otra decisión controvertida fue
nombrar a un exmisionero evangélico para dirigir el departamento de Funai para
tribus aisladas.
Ricardo Lopes Dias, la autoridad
elegida, trabajó en la Amazonía como parte de un programa financiado por una
organización estadounidense de conversión de pueblos indígenas al cristianismo
que fue muy criticado.
"Las tribus aisladas merecen
protección, no un nuevo proceso de colonización", señala a la BBC Joenia
Wapixana, la única diputada indígena de Brasil en el Congreso.
"Algo realmente malo debió
suceder"
Rieli Franciscato era alguien
reconocido en Seringueiras, el pequeño pueblo cercano al lugar donde murió.
Hay evidencia de un aumento en las tensiones en las zonas donde hay indígenas aislados. |
Se hizo amigo de los lugareños en su intento por mantener la paz entre agricultores e indígenas.
Entre sus conocidos se
encontraban los padres de Dhuliana Pereira, de 18 años, propietaria de una
pequeña granja cerca del límite de la reserva.
Fue Dhuliana quien vio al grupo
de indígenas el 9 de septiembre, mientras deambulaban por el patio trasero de
un vecino.
"Mis padres vivieron aquí
durante más de 25 años y nunca llegaron a ver a los indígenas aislados",
señaló a la BBC.
Y cuenta que cuando los vio, les
gritó para intentar que se fueran.
Dhuliana Pereira cree que algo tuvo que pasar para que los aislados se aproximen a su población. |
"En ese momento no sabíamos si otras personas se enfrentarían a ellos", agregó.
Preocupaciones
La noticia de la muerte de Rieli
Franciscato sorprendió a Dhuliana, especialmente porque fueron ella y su padre
quienes alertaron a las autoridades. Pero parece más preocupada por el efecto
que tendrán nuevas incursiones en Seringueiras.
Las autoridades locales pidieron
a los pobladores que se abstengan de relacionarse con los indígenas si regresan
y también advirtieron que, según la legislación brasileña, la persona que mató
al experto no puede ser procesada si la policía concluye que pertenece a un grupo
indígena aislado.
"Algo realmente malo debió
suceder en el bosque para que esos indígenas vinieran aquí, pero algunos de mis
vecinos simplemente ven esto como una simple invasión de sus propiedades",
señala.
Y le preocupa cómo va a
reaccionar la gente si ven a los miembros de estos pueblos de nuevo.
Rieli Franciscato, un activista de los derechos indígenas, murió mientras intentaba asegurarse de que no se produjera una escalada como la que ahora teme Dhuliana.
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