- Benjamín Rodríguez Grandez, un líder huitoto
que dedicó su vida a preservar las costumbres indígenas y los recursos
naturales de los que dependen en la Amazonía peruana, murió de COVID-19 el
16 de julio del 2020.
- Rodríguez fue un jugador clave en los
esfuerzos por presionar para la creación del Parque Nacional Yaguas
(Perú), un área de 868 927 ha (2,15 millones de acres) de bosques, que
alberga más de 3000 especies de plantas, 500 especies de aves y 550
especies de peces.
- También era docente y “juez de paz”, un título
especial en Perú que permite a líderes de comunidad resolver ciertas
disputas, aún si no tienen un título en Derecho.
- “Si
Benjamín convocaba a una reunión, todos concurrían —comentó una fuente a
Mongabay—. Tenía esa influencia en la zona”.
La pandemia
se está llevando la sabiduría de los pueblos indígenas. En Perú, más de
20 líderes y sabios indígenas han fallecido a causa del COVID-19. Reconocidos
defensores de sus territorios y guardianes del conocimiento ancestral murieron
a causa de esta enfermedad llevándose consigo parte de la cultura y la
sabiduría de sus pueblos.
Uno de ellos fue Benjamín Rodríguez Grandez, un
líder indígena de la región amazónica de Putumayo, en el norte de Perú, que
falleció en julio de 2020.
Cuando el líder indígena tuvo los síntomas de
COVID-19 fue trasladado a Iquitos, capital de la región Loreto. Llegar allí era
la única manera de recibir tratamiento en un hospital con unidad de cuidados
intensivos, lo que dejó en evidencia la vulnerabilidad de las comunidades
nativas amazónicas durante la pandemia, al estar alejadas de carreteras e
infraestructuras principales por bosques, ríos y negligencia estatal.
Rodríguez, un líder huitoto que dedicó su vida a
preservar las costumbres indígenas y los recursos naturales de los que
dependen, murió el 16 de julio de 2020.
“Todos lloran la pérdida de un líder que era tan
sabio como Benjamín —cuenta Jackson Coquinche, un amigo—. De todas las personas
que han muerto en esta región, la mayoría eran ancianos, que son los más
sabios”.
El último reporte sobre el impacto del COVID-19 en
los pueblos indígenas de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y COICA indica
que la cifra de personas afectadas por el virus en los nueve países amazónicos
supera los dos millones de personas contagiadas y más de 50 mil fallecidos.
Cada pérdida es un golpe devastador para esas comunidades que, constantemente, esquivan amenazas que ponen en peligro su mismísima supervivencia, tales como tomas ilegales de tierra, deforestación y cambio climático.
Benjamín Rodríguez Grandez (frente) era un líder de su
comunidad y de la campaña por el Parque Nacional Yaguas. Imagen cortesía de
Mónica Paredes/FZS Perú. |
Incluso antes de la COVID-19, la defensa de estos
derechos era, a menudo, mortal. Cualquiera que lucha contra los intereses de
políticos y de grandes empresas, como solía hacer Rodríguez, se arriesga a
convertirse en víctima de violencia. Tan solo en el 2019, 33 defensores de
tierras en la Amazonía fueron asesinados, según un informe de Global Witness.
Perú ha sido uno de los países más castigados de
Latinoamérica durante la pandemia, con más de 50 000 muertes, a pesar de las
precauciones tempranas que había tomado el Gobierno. La cifra alta de muertes
expuso una grieta en la idea de Perú como una historia de éxito en la región
por haber sacado a todos los habitantes de la pobreza después de dos décadas de
crecimiento económico. La realidad es que muchos peruanos han quedado atrás.
Los indígenas del país han sido afectados de manera
desproporcionada por la pandemia: una comunidad tuvo una tasa de infección del
80 % a través de los testeos de anticuerpos, según Associated Press. Al no
tener acceso al sistema público de salud, muchos peruanos indígenas han
recurrido a la sabiduría de sus ancestros en busca de remedios. Pero esta
sabiduría y conocimiento irremplazables están perdiéndose con la muerte de
Rodríguez y de otros.
“Era un hombre sabio en quien todos confiaban y a
quien todos recurrían en busca de consejos —explicó Coquinche—. Ahora que ya no
está, las comunidades se preguntan quién los asesorará sobre asuntos de
conservación porque él era el único en quien confiaba la gente”.
Amigos y colegas reconocieron a Rodríguez como uno
de los líderes más respetados de la región. Fue reelegido casi diez veces como
presidente de la Federación de Comunidades Nativas Fronterizas del Putumayo
(FECONAFROPU), un testimonio de su liderazgo perdurable y valioso dentro de la
comunidad.
Dejaba una buena impresión en todo aquel que
conocía, según comentó Margarita Medina, de Andes Amazon Fund. “Si Benjamín
convocaba a una reunión, todos concurrían —afirmó—. Tenía esa influencia en la
zona”.
Él era docente y “juez de paz”, un título especial en Perú que permite a líderes de comunidad resolver ciertas disputas, aún si no tienen un título en Derecho.
Personal de salud visita una comunidad indígena en busca de
posibles casos de COVID-19. Foto: Evelio Paz Tume. |
Aunque tenía poca educación formal, Rodríguez
siempre estaba estudiando, según Coquinche. En otra vida, si hubiera tenido
acceso a una mejor educación, lo habría utilizado para aprender más, según
afirmó Coquinche.
“Siempre decía que, si en su juventud hubiese
habido internet y móviles y todo eso, él habría sido médico —contó—. O
presidente”.
Creación del Parque Nacional Yaguas
Si bien nunca llegó a la presidencia, Rodríguez
consiguió muchos otros logros importantes para su comunidad.
Durante décadas, fue un jugador clave en los
esfuerzos por presionar para la creación del Parque Nacional Yaguas, un área de
868 927 ha (2,15 millones de acres) de bosques, que alberga más de 3000
especies de plantas, 500 especies de aves y 550 especies de peces, lo que
conforma dos tercios de la biodiversidad de peces de agua dulce de Perú.
Rodríguez también trabajó junto con Liz Chicaje
Churay, una líder pionera, que fue electa presidenta de la Federación de
Comunidades Nativas de Ampiyacu (FECONA) y ganó, en el 2018, el Premio
Franco-Alemán de Derechos Humanos, para asegurar la protección de esta tierra
sagrada. Ambos fueron invitados a la Conferencia sobre Cambio Climático
(COP23), llevada a cabo en Bonn, Alemania, para hablar sobre su lucha por
preservar la Amazonía y sus recursos naturales.
Rodríguez creía que esta designación protegería la
tierra sagrada para estas comunidades indígenas, que han sufrido violencia,
discriminación e invasión de sus territorios durante siglos.
La mayoría de los residentes en esta zona, incluido
Rodríguez, son descendientes de pueblos indígenas, que fueron forzados a la
esclavitud durante el auge del caucho en la Amazonía a comienzos del siglo XX.
Se calcula que unos 100 000 indígenas de la Amazonía murieron cuando los
occidentales entraron a la zona y llevaron a cabo negocios explotadores para
extraer y comercializar esa materia prima. Las condiciones fueron
particularmente duras en la región del Putumayo, por lo que, desde entonces, se
las ha llamado el genocidio del Putumayo.
Para mediados del siglo XX, el comercio del caucho
desapareció de la región cuando la producción se trasladó a Asia, pero las
comunidades quedaron devastadas. Desde entonces, el Estado ha tenido poca
presencia, y no hay educación de calidad ni otros servicios básicos en estas
comunidades aborígenes de la Amazonía, a lo largo del río Putumayo.
En años recientes, las comunidades indígenas han
sufrido amenazas nuevas: minería y tala ilegales y cría de ganado, a menudo
respaldados por empresas internacionales o por grupos delictivos.
“Él comprendió muy bien que Yaguas es el corazón de
esta zona forestal y que su protección como parque nacional garantizaría que no
se vería afectado por otras amenazas, como minería o tala ilegales”, explicó
Teófilo Torres, director del Parque Nacional Yaguas y amigo de Rodríguez.
Pero Rodríguez sabía que su voz no era la única que
importaba.
Freddy Ferreyra, del Instituto del Bien Común
(IBC), una sociedad civil peruana que trabaja con comunidades rurales, señaló
que uno de los puntos fuertes de Rodríguez era que “sabía escuchar,
identificarse con las personas, y liderar”.
La idea de crear un parque nacional causó algo de
tensión dentro de las comunidades indígenas. Algunos no querían pedirle al
Gobierno que reconociera su derecho a la tierra donde habían vivido durante
siglos. Preferían declararla tierra comunitaria, lo que les garantizaría más
autonomía, pero también implicaba un proceso legal más complicado. A otros les
preocupaba que declarar la zona como parque nacional les limitaría el acceso a
los recursos de los que dependían.
Seis de las veintinueve comunidades alrededor del
parque se opusieron a este durante el proceso de consulta, y Rodríguez fue
fundamental para asegurarse de que esas comunidades resolvieran sus
diferencias. Él era un líder excepcional, que pudo unir a las comunidades
indígenas de toda la región del Putumayo, según quienes lo conocieron.
“Las personas estuvieron de acuerdo porque él fue a
hablar con las comunidades y les explicó todo”, comentó Coquinche. Algunas de
sus preocupaciones eran infundadas: una ley nacional en Perú protege los
derechos de los pueblos indígenas a utilizar los recursos de cualquier área
protegida para su propio sustento, por ejemplo.
El gobierno peruano declaró Yaguas como parque
nacional en el 2018. Torres consideró que la convicción de Rodríguez frente a
la resistencia fue heroica. En todos sus años como líder, Rodríguez jamás fue
acusado de ninguna clase de corrupción, y sus intenciones nunca se pusieron en
duda; un logro poco común para cualquier líder local que se ocupe de resolver
conflictos tensos, según comentó Medina.
“Era leal y estaba convencido de que las áreas
protegidas contribuían al estilo de vida indígena porque ese estilo de vida
está directamente relacionado con lo que el bosque provee”, explicó Torres.
“Este bienestar es lo que queremos que hereden
nuestras generaciones futuras”, le había comentado Rodríguez a Mongabay en el
2018, después de la creación del Parque Nacional Yaguas.
Aunque él no esté para verlo, esta prosperidad
vivirá en su legado. “Nunca volveremos a tener otro líder como él aquí, en el
Putumayo”, afirmó Coquinche.
Anna-Catherine Brigida es una periodista
independiente, que cubre inmigración, derechos humanos y asuntos sociales,
principalmente, en México y América Central. Encuentra sus últimos artículos a
través de @AnnaCat_Brigida.
Fuente: MONGABAY LATAM
Imagen principal: Benjamín Rodríguez Grandez. Cortesía de Daniel Rosengren/FZS Perú.
Artículo original: https://news.mongabay.com/2020/11/indigenous-leader-who-fought-for-communities-and-conservation-mourned-in-peru/
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