La Biblioteca Comunal Don Quijote
y Su Manchita y el Centro Cultural Luis Berger, que forman parte del proyecto
Quijote para la Vida, creado en el 2007 por la Asociación Pueblo Grande, tienen
actividades tan diversas como los colores que alegran el mural que, cuando la
pesadilla que azota al mundo pase, seguirá dando la bienvenida a los vecinos.
El motor es la promoción de la
lectura y como estrategia se usan actividades artísticas como el cine, el
teatro, la música, es decir, cultura y más cultura con una fuerte dosis de
arte.
Alrededor de 100 familias del
barrio Santa Rosa participaban activa y presencialmente del abanico de
actividades formativo-culturales hasta que un enemigo invisible y letal llamado
SARS-CoV-2 —en sencillo, nuevo coronavirus— obligó a hacer un alto y repensar
en cómo hacer para sortearlo y vencerlo.
Es así que la Asociación Pueblo
Grande/Proyecto Quijote para la Vida presentó un plan de amortiguamiento ante
la pandemia del covid-19 al Ministerio de Cultura (Mincul), en la línea
Sostenimiento de organizaciones y espacios culturales.
Era digital
“El plan consistía en que todas
las actividades que se desarrollaban antes de la pandemia las volcáramos a la
era digital: los clubes de lectura, los talleres de música, de narración,
radio”, explicó el fundador y socio responsable de Proyectos de la asociación,
Eddy Ramos.
La iniciativa fue evaluada por un
comité de expertos independientes y se convirtió en una de las 1,945
solicitudes beneficiarias con los apoyos económicos otorgados por el Ministerio
de Cultura, que contaba con un presupuesto total de 50 millones de soles. La
asociación de Puente Piedra recibió una subvención no reembolsable de 67,000
soles.
“El apoyo económico ha sido de
gran ayuda. Con esos recursos estamos mejorando las cabinas de radio e
implementando la transmisión por streaming; a veces hacemos conciertos o
recitales en vivo. Hemos comprado equipos de sonido, instrumentos musicales,
computadoras, entre otros”, detalló a la Agencia Andina.
Además, los gestores o profesores
del proyecto, algunos de los cuales se quedaron sin empleo, ahora reciben una
compensación por su labor en la asociación, lo que “es un soporte importante
para ellos”.
Una editorial
Y como no hay tiempo que perder,
más aún si el beneficio de la comunidad está de por medio, “en esta etapa de
pandemia hemos formado la editorial Sancho Cartonero, que ofrece creaciones
hechas de manera artesanal, para cerrar el círculo: promoción de la lectura,
fomento de la creación y la difusión”, remarcó Ramos.
El apoyo covid también hace
posible el dictado de talleres de capacitación en producción radial, edición,
radioteatro, música. Otro ideal de la asociación es formar a la nueva
generación de músicos del barrio Santa Rosa y por qué no, del Perú.
Ramos refirió que debido al
estado de emergencia disminuyeron los ingresos por la venta de productos como
café, chocolate, polos, tazas, bolsos y estatuillas del Quijote, que permitían
la sostenibilidad económica; por eso, no se puede dejar de buscar e idear
formas de generar recursos para seguir formando ciudadanos a través del arte y
la cultura.
En el barrio Santa Rosa nadie
deja de soñar. Y don Quijote esperará pacientemente que retorne su manchita
para compartir su banca, así como nuevas experiencias e ideales, porque otro
mundo mejor sí es posible.
Foto: ANDINA/Eddy Ramos
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