"Esta es la década en la que debemos tomar decisiones que eviten las peores consecuencias de la crisis climática", ha afirmado el presidente de EEUU al inicio de la cumbre que ha organizado para relanzar la acción climática
El regreso de EEUU al Acuerdo de
París, del que se salió Donald Trump en 2017, ha venido acompañado de un
notable aumento en el compromiso de recorte de emisiones de gases de efecto
invernadero al que Joe Biden se ha comprometido durante la cumbre del clima
virtual que él mismo ha organizado para relanzar la lucha contra el cambio
climático, relegada a un segundo plano por la pandemia de coronavirus y la era
Trump.
En concreto, el presidente de
EEUU se ha marcado el ambicioso objetivo de alcanzar en 2030 un recorte de
entre el 50 y el 52% de las emisiones respecto a los niveles que había en 2005.
Barack Obama había establecido en 2015 el objetivo de recorte en un 26-28% para
2025, por lo que la decisión de Biden casi duplica el recorte a acometer. El
objetivo final es descarbonizar la economía estadounidense por completo en
2050, una estrategia que rechazan muchos republicanos y que supondrá una
transformación de la economía del país.
"Esta es la década en la que
debemos tomar decisiones que eviten las peores consecuencias de la crisis
climática", ha declarado Biden en la Casa Blanca, que subrayó que la
ciencia [sobre el cambio climático] es innegable y los costes de la inacción no
paran de crecer".
Según su Administración, que ha
situado el cambio climático como una de las prioridades de la legislatura, el
recorte de emisiones anunciado forma parte de un amplio plan que permitirá
crear millones de empleos bien remunerados, avanzar en la justicia ambiental y
mejorar la salud y seguridad de los ciudadanos estadounidenses. Y es que según
Biden, combatir el cambio climático es "un imperativo moral y económico"
y "realmente no hay otra opción" que sumarse a esta lucha.
Por su parte, la vicepresidenta
de EEUU, Kamala Harris, señaló que "ninguna región" del mundo es
"inmune" a los efectos del cambio climático.
COMPROMISOS
DE OTROS PAÍSES
Poco antes de la inauguración de
la cumbre, a la que están invitados 40 líderes mundiales, entre ellos Pedro
Sánchez, Japón anunció que recortará sus emisiones un 46% para 2030.
Durante su intervención, el
presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aseguró que su país alcanzará la
neutralidad climática en 2050, 10 años antes de lo que habían previsto, y se
comprometió a combatir deforestación ilegal que amenaza la Amazonía para 2030.
La Unión Europea acordó el
miércoles recortar al menos un 55% las emisiones para 2030 mientras Reino Unido
las reducirá un 68% en 2030 y un 78% en 2035.
El primer ministro británico,
Boris Johnson, dio las gracias personalmente a Biden por "el retorno de
EEUU a la primera línea en la lucha contra el cambio climático" y celebró
su anuncio reducción de emisiones como "un cambio de juego".
"Podemos reconstruir mejor y más verde", proclamó el
"premier", haciendo suyo el eslogan usado por el presidente demócrata
en su campaña.
CHINA,
SIN NUEVOS COMPROMISOS
Desde Pekín, el presidente chino,
Xi Jinping, pidió "armonía entre la naturaleza humana, el desarrollo
ecológico, el multilateralismo y el enfoque centrado en las personas al abordar
el problema climático". Aunque lo más destacado de su discurso fue reafirmar
la "revolución verde" que prometió el pasado septiembre durante la
Asamblea General de la ONU. No anunció nuevos objetivos climáticos, pero
enfatizó sus dos principales compromisos: llegar al tope de emisiones de
carbono antes de 2030 y alcanzar la neutralidad en sus emisiones en 40 años. Es
decir, que a partir de 2060 la segunda potencia mundial no va a liberar CO2
adicional a la atmósfera.
"El tiempo que le tomará a
China cumplir esos objetivos es más corto que en los países desarrollados y
requiere un arduo trabajo", dijo Xi. China es la mayor fuente de CO2 del
mundo, responsable de alrededor del 28% de las emisiones globales. Si sus
planes tienes éxito, según el Climate Action Tracker, reduciría las
proyecciones de calentamiento global en alrededor de 0,2 grados a 0,3 grados
Celsius.
"China aumentará sus
contribuciones previstas determinadas a nivel nacional mediante la adopción de
políticas y medidas más enérgicas", dijo Xi, que también instó al resto de
países a buscar una "recuperación verde de la economía mundial en la era
posterior a la Covid, aprovechando las oportunidades históricas que presenta la
nueva ronda de la revolución científica y tecnológica".
El presidente chino también habló
de una "reducción gradual" del carbón, enviando una clara señal
política a nivel nacional. "Todos los sectores y partes interesadas deben
contribuir a lograr el pico inicial y la neutralidad temprana de China",
sentenció. El último Plan Quinquenal del gobierno chino presentado en marzo,
que expone el rumbo del país asiático hasta 2025, asegura que para esa fecha
las emisiones de CO2 se habrán reducido un 18%.
El pasado fin de semana, el
enviado especial para el cambio climático de Estados Unidos, John Kerry, y su
homólogo chino, Xie Zhenhua, se reunieron en Shanghai y se comprometieron en
"cooperar en los procesos multilaterales para combatir la crisis
climática". Fue la primera toma de contacto amable entre las dos potencias
en mucho tiempo. El ambiente crispado ha dominado un contexto de nueva Guerra
Fría que toca todos los frentes.
Al menos, como demuestra la
participación de Xi Jinping en una cumbre organizada por Joe Biden, Pekín y
Washington consideran que las cuestiones sobre el cambio climático superponen
sus múltiples enfrentamientos. Xi prometió trabajar con la comunidad
internacional, incluido Estados Unidos, para promover la "gobernanza
ambiental global".
'HACE
FALTA UNA POLÍTICA REAL Y DINERO'
Las reacciones de los grupos
ecologistas a los anuncios durante la cumbre del clima no se han hecho esperar.
"Esta cumbre ha visto más dianas que una competición de arqueros",
comentó por su parte Kate Blagojevic, portavoz de Greenpeace para el clima en
el Reino Unido. "Es bueno que haya un nuevo impulso, porque se necesita
una ambición global mucho mayor. Pero los objetivos no bastan, hace falta una
política real y dinero".
"Boris Johnson puede salir
complacido de esta cumbre, con la sensación de ir a al cabeza de la liga
internacional en la retórica de los objetivos", recalcó la portavoz de la
Greenpeace. "Pero su Gobierno está entreteniéndose al mismo tiempo con la
expansión de los aeropuertos, la construcción de carreteras, las prospecciones
de petróleo y las minas de carbón. Lo que necesitamos es un volantazo en la
dirección de nuestra política si queremos tener alguna oportunidad para cumplir
esos objetivos y convencer al resto del mundo para que haga lo mismo".
Al mismo tiempo que se celebraba
la cumbre, la activista sueca Greta Thunberg comparecía a distancia en un
comité del Congreso norteamericano dedicado a examinar el papel de los
subsidios a los combustibles fósiles en en la crisis climática. Thunberg, que
ha amenazado con no asistir a la COP26 si no se garantiza la "igualdad de
vacunas" del Covid, reiteró sus críticas a los líderes mundiales por
"no hacer lo suficiente y permitir la locura de los subsidios" a las
prospecciones petrolíferas y al uso del carbón.
"Nosotros, los jóvenes,
somos los que vamos a escribir sobre vosotros en los libros de historia",
espetó Thunberg a los congresistas norteamericanos. "Somos los que
decidiremos cómo seréis recordados, así que más os vale elegir sabiamente (...)
Al contrario que vosotros, nuestras generación no se rendirá sin un una
lucha".
Fuente : El Mundo
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/medio-ambiente/2021/04/22/60816c1021efa001678b4607.html
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