Una investigación interna determinó que el jefe del programa FIFA
Legends había incurrido en acciones de acoso sexual contra una subordinada en
2019. Sin embargo, la víctima aún no sabe si el hombre fue sancionado.
Miguel Macedo llevaba meses demostrándole al máximo dirigente del fútbol
que valía. Ahora, en la mañana del primer día de Gianni Infantino como
presidente de la FIFA, Macedo demostraría sus conexiones, y su utilidad, una
vez más.
En febrero de 2016, minutos después de que Infantino entrara en la sede
de cristal y acero de la FIFA, durante el primer día de su presidencia, fue
recibido por un grupo de antiguas estrellas: ganadores de la Copa del Mundo,
leyendas de selecciones nacionales, héroes de la Liga de Campeones. Todos
habían sido invitados por Macedo para jugar junto al nuevo presidente en un
pequeño torneo en uno de los cuidados campos del exterior. Infantino, quien
llevaba el gafete de capitán, se uniría a ellos en el campo.
Y así se estableció un proyecto de la presidencia de Infantino. FIFA
Legends (Leyendas de la FIFA), como se conoció el programa de exjugadores
convertidos en representantes de la FIFA, nació ese día. Su importancia no ha
hecho más que crecer en los años posteriores, y ha servido de contrapeso para
la imagen de Infantino en su labor de remodelar el fútbol mundial, restaurar la
influencia de la FIFA y rellenar sus cuentas bancarias.
Durante años, el trabajo de dirigir este recurso vital de relaciones
públicas ha recaído en Macedo, un agente deportivo portugués que trabaja con
Infantino como su aliado, confidente y, ocasionalmente, compañero de
ejercicios.
Pero Macedo ha conservado su puesto y su proximidad al poder, según han
declarado funcionarios y exfuncionarios de la FIFA, incluso después de que un
panel interno de recursos humanos y una mediadora externa descubrieran que
acosó sexualmente a una empleada del personal subalterno, y en medio de otras
quejas sobre su comportamiento.
El caso de acoso, que nunca se ha hecho público, es bien conocido en los
pasillos de la FIFA. En el verano de 2019, altos cargos del fútbol, incluido el
número 2 de la organización, fueron informados en persona de que se había
presentado una queja sobre Macedo al jefe de recursos humanos de la
organización. Ese funcionario dirigió una investigación interna que finalmente
confirmó la acusación de acoso sexual.
Para ese entonces, la mediadora externa había concluido lo mismo. En su
carta a la FIFA, citó mensajes de texto que, según ella, “prueban
suficientemente” que Macedo incurrió en acoso sexual verbal. Desde entonces,
The New York Times ha tenido conocimiento de otra denuncia contra Macedo por un
incidente ocurrido el año pasado que ofendió lo suficiente a las autoridades
cataríes como para pedir a la FIFA que dejara de enviarlo a su país.
La FIFA se negó a que Macedo estuviera disponible para una entrevista
sobre las acusaciones esta semana y, en un comunicado emitido el jueves, no
respondió a preguntas específicas sobre el caso y cómo se manejó.
“La FIFA se toma muy en serio cualquier acusación de irregularidades en
el lugar de trabajo y cuenta con sólidos mecanismos de denuncia”, decía. “Estas
medidas incluyen la oportunidad de hablar con una mediadora externa. La FIFA no
hará más comentarios”.
La mujer que presentó la denuncia terminó yéndose de la FIFA. Todavía no
está segura de si su antiguo jefe fue castigado.
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la Miguel Macedo, segundo desde la izquierda, en un evento de liderazgo juvenil en Catar en 2019 David Ramos / FIFA vía Getty Image |
Un trabajo soñado
La mujer de 30 años que presentó la denuncia, cuya identidad es conocida
por el Times y por los directivos de la FIFA, dijo en una entrevista que estaba
emocionada cuando entró al equipo de Macedo después de conseguir un traslado
del departamento legal de la FIFA en el otoño de 2018. El nuevo puesto ofrecía
la posibilidad de viajar más y, para una devota del fútbol, también la
oportunidad de trabajar con algunas de sus mayores estrellas.
También significaría trabajar estrechamente con Macedo, quien controla
el multimillonario presupuesto anual de FIFA Legends y dirige al personal del
programa. Sin embargo, quizá su función más importante sea la de mantener las
relaciones del organismo futbolístico con las decenas de leyendas vivas del
fútbol que son llevadas por todo el mundo —con los gastos pagados por la FIFA—
para que aparezcan ante los medios como animadores fotogénicos y expertos de
los proyectos de Infantino.
Sin embargo, después de asumir su nuevo cargo, la mujer dijo que fue
objeto de un comportamiento inapropiado por parte de Macedo, incluyendo
comentarios lascivos, mensajes de texto coquetos e incluso sugerencias sobre
cómo debía vestirse. Macedo la invitaba con frecuencia a cenar o a tomar tragos
a solas. Una vez, en un viaje al Mundial Femenino de 2019, le envió un mensaje
de texto urgente después de la medianoche y le exigió que fuera a su suite del
hotel. Ella se negó.
Sin saber qué hacer —tenía un contrato de corta duración con FIFA
Legends y Macedo era su jefe directo— la mujer dijo que desarrolló estrategias
para desviar la atención no deseada. En su entrevista con el Times, dijo que,
en un momento dado, incluso se inventó un novio imaginario.
En otras ocasiones, simplemente recorría los pasillos de la FIFA para
asegurarse de no tener que estar a solas con Macedo en la oficina, o ponía su
celular en modo avión para que él no pudiera contactarla, algo que hizo luego
de una reunión celebrada a fines de 2018 que fue organizada como una evaluación
de su desempeño.
Al final de esa reunión, mientras ella y Macedo salían de una sala de
conferencias, la mujer dice que Macedo le tocó los glúteos con una mano y luego
se inclinó y le susurró un comentario provocativo sobre su cuerpo.
“Para mí”, dijo la mujer, “ese fue uno de los peores días”.
No hubo testigos del incidente, pero un excolega de la mujer contactado
por el Times describió que le informaron al respecto en ese momento. La FIFA no
respondió a las preguntas sobre el incidente.
Sin embargo, el acoso verbal continuó durante meses, dijo la mujer,
antes de alcanzar su punto máximo en la Copa Mundial Femenina de 2019 en
Francia. Para ese entonces, dijo, los comentarios y mensajes de Macedo se
habían vuelto cada vez más insistentes. En un mensaje, enviado después de la
medianoche, Macedo la llamó a su habitación de hotel. En otro sugirió que
tuvieran una noche “secreta” para beber y bailar en París.
Pero algunos de los mensajes de Macedo, dijo la mujer, también contenían
un lenguaje preocupante. En uno visto por el Times, Macedo dijo que deseaba
“domar” a su subordinada. En otro, le dijo: “Me debes obediencia”.
Mientras tanto, Macedo le ofreció la posibilidad de brindarle
oportunidades de ascenso, o incluso un trabajo permanente en la FIFA.
Una queja formal
Cuando terminó el torneo, y luego de hablar con su madre, la mujer
decidió tomar medidas. A fines de julio, menos de un mes después de que la
selección femenina de Estados Unidos levantara el trofeo de la Copa del Mundo
en Lyon, en medio de cánticos de “¡Igualdad salarial!”, se acercó a la jefa de
fútbol femenino de la FIFA, Sarai Bareman, y le informó sobre la situación. La
mujer le preguntó a Bareman si la acompañaría para presentar una queja ante
Kimberly Morris, una abogada canadiense que se desempeña como jefa de recursos
humanos de la FIFA.
La reunión fue una decepción, dijo la mujer. Morris, según su relato,
parecía más preocupada por el comportamiento de la empleada y en un momento
sugirió que considerara cambiarse de trabajo. “Me tomó tanto tiempo presentarme
y explicar mi caso, y sentí que me estaban dejando de lado”, dijo.
La FIFA no respondió a una solicitud para que Morris comentara sus
impresiones sobre esa reunión.
También se negó a responder preguntas específicas sobre la demora de la
organización en abrir una investigación formal; sobre las acciones que tomó con
respecto a las denuncias de acoso laboral de la mujer; o sobre cualquier medida
iniciada después de que una investigación interna, y una mediadora externa, corroboraran
algunos de los señalamientos.
En el momento de la reunión de la mujer con Morris, la FIFA estaba
defendiéndose de las denuncias de abuso sexual que las jugadoras interpusieron
contra hombres influyentes al declarar que tiene “una política de tolerancia
cero con las violaciones de los derechos humanos y condena inequívocamente
todas las formas de violencia de género”.
“Puedo ser crítico sobre el nivel de preparación y la velocidad del proceso”, dijo Vesel al Times en una entrevista. “Creo que para alguien que es una presunta víctima, debemos reaccionar realmente rápido y de manera correcta. No noté ningún tipo de preparación seria para ser realmente rápidos”.
Para empeorar las cosas, los planes de Morris para trasladar a la
empleada a otra oficina, con la finalidad de que no tuviera que encontrarse con
Macedo, nunca se materializaron.
“Solo quiero informarles que, de manera sorpresiva, Miguel Macedo
regresó hoy a la oficina y estar aquí se me está haciendo insoportable”,
escribió la mujer en un correo electrónico dirigido a Morris. “No sé si podré
continuar en este ambiente por más tiempo”.
De hecho, varios meses después de que se quejara por primera vez, la
FIFA dispuso que se reuniera con Nirmala Dias, una mediadora que la
organización contrató en 2017 para tratar conflictos internos.
Dias produjo un informe cuidadosamente redactado de dos páginas. Señaló
que si bien solo había escuchado la versión de la denunciante, había suficiente
evidencia documental para “probar suficientemente el acoso sexual verbal” y
también para corroborar que a la empleada “se le dio la perspectiva de tener
una carrera en la FIFA”.
Dias se negó a comentar sobre su trabajo con la FIFA. “Como mediadores
independientes y abogados, por supuesto, estamos sujetos a obligaciones de
confidencialidad sobre nuestros casos”, escribió en un correo electrónico.
Sin embargo, el documento que preparó y envió seis días después de que
expirara el contrato de la mujer recomendaba que la FIFA le proporcionara un
puesto alternativo. “Se le dio repetidamente la esperanza de recibir un cargo
permanente, probablemente por razones puramente personales”, escribió Dias a la
FIFA.
Pero nunca llegó la oferta.
Sin embargo, las denuncias sobre Macedo continuaron. En febrero de 2021,
según supo el Times, una joven que trabajaba en la Copa Mundial de Clubes en
Catar le dijo a sus jefes que Macedo le pasó las manos por el cabello antes de
comentar sobre su apariencia, mientras estaba en un evento con colegas.
Los funcionarios del fútbol catarí plantearon el problema ante la FIFA,
según personas familiarizadas con el incidente y la respuesta de los
organizadores del torneo, pidiendo que ya no enviaran a Macedo al país. La FIFA
rechazó esa solicitud, según las mismas personas, pero dijo a los cataríes que
Macedo había sido advertido sobre su conducta.
Respuestas incompletas
El incidente en Catar sucedió más de un año después de que la FIFA
recibiera el informe de la mediadora en octubre de 2019, y mucho después de que
expirara el contrato de la empleada. También fue un año después de que la FIFA
activara su procedimiento formal de quejas sobre la conducta de Macedo con la
mujer que trabajaba en su oficina al formar un comité de tres miembros que
incluía a Morris; Emilio García, jefe legal de FIFA; y un abogado externo.
El comité habló con la denunciante, Macedo y un antiguo miembro del personal
de la FIFA a quien los documentos mencionan como un testigo del caso. De los
tres, solo Macedo sigue en la FIFA.
Meses después, el 25 de febrero de 2020, la denunciante, ahora
exempleada, recibió una llamada telefónica en la que le informaron que su
denuncia había sido confirmada. Dijo que tuvo que exigir varias veces una
confirmación por escrito antes de que la FIFA le diera una declaración que, en
sus palabras, solo aumentó su enojo: la denuncia de acoso sexual se confirmó
solo en relación con un comentario hecho por Macedo en una reunión celebrada en
diciembre de 2018.
La decisión del comité no hizo referencia a ninguno de los mensajes de
texto que ella proporcionó y no incluyó una disculpa. Pero, a diferencia de la
transparencia que la organización ha demostrado en otros casos de
irregularidades cometidas por funcionarios del fútbol, no estipuló cuál sería
el castigo.
“No supe cuál era la sanción, lo que para mí es como si no se hubiese
aplicado ninguna sanción en absoluto”, dijo la mujer.
Enfurecida por la falta de claridad, la exempleada, quien encontró otro
trabajo en el fútbol, dijo que le escribió a la FIFA para pedir detalles
sobre las sanciones que le impusieron a Macedo. Hasta ahora, no ha recibido
respuesta.
Ahora trabaja en Catar, donde colabora con los organizadores de la Copa
del Mundo de este año, y con frecuencia tiene contacto con muchos de sus
antiguos colegas de la FIFA. Dijo que en diciembre, durante un torneo
patrocinado por la FIFA para las naciones árabes en ese país, incluso vio a
Macedo. Estaba con un grupo de las ahora omnipresentes FIFA Legends.
“Me gustaría no volver a ver a estas personas, pero las veo todo el
tiempo”, dijo, “y pienso que es increíble que todos sean sus amigos”.
“Siento que realmente no logré nada, luché tanto para nada. Sé que se
está riendo de eso”.
Fuente: New Yor Times
https://www.nytimes.com/es/2022/01/28/espanol/fifa-legends-acoso-sexual.html
Tariq Panja cubre algunos de los rincones más sombríos de la industria del deporte mundial. También es coautor de Football’s Secret Trade, una exposición sobre la industria multimillonaria de comercio de jugadores de fútbol. @tariqpanja
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