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Publicado BBC Mundo 28/10/019
Piensa en la última vez que fuiste a hacer la compra, ¿la
bolsa que usaste era de plástico, papel o algodón?
Cualquiera que sea la respuesta, tenemos noticias para ti:
todas son malas para el medioambiente.
De hecho, algunos expertos dicen que ni siquiera deberías
estar comprando bolsas nuevas. Incluso las de algodón pueden ser peores que los
plásticos reciclables.
El problema es que solo pensamos el impacto medioambiental de
las bolsas una vez terminado su ciclo útil, pero nos olvidamos del coste de
fabricar la bolsa.
Para calcular esa implicación en medioambiente se debe tener
en cuenta:
§ Cuánta
energía se usa para fabricarla
§ Cuántas
veces se puede reutilizar
§ Qué
tan fácil es de reciclar
§ Qué
tan rápido se descompone si se tira
Cuatro veces más de consumo energético
Fabricar bolsas de papel y algodón tiene un costo
medioambiental significativo.
De acuerdo a una investigación oficial del Parlamento de
Irlanda del Norte, "hacer una bolsa de papel toma más de cuatro veces la
energía que se emplea para hacer una de plástico".
Además, mientras que las bolsas de plástico se crean a partir
de petróleo refinado, las de papel requieren que algunos bosques sean talados
para producirlas.
El proceso de manufactura, de acuerdo a la investigación,
también usa muchísima agua y produce una alta concentración de químicos
tóxicos, comparable al de la fabricación de bolsas de plástico de único uso.
"A la misma vez son más pesadas. Entonces, dependiendo
de dónde se fabrican, existe otro impacto medioambiental a la hora de
transportarlas a los establecimientos de venta", dice Margaret Bates,
profesora de gestión sostenible de residuos en la Universidad de Northampton.
Parte de este daño al ecosistema puede mitigarse plantando
nuevos bosques para reemplazar los árboles perdidos, lo que ayuda a debilitar
el impacto del cambio climático pues los árboles bloquean el dióxido de carbono
de la atmósfera.
Más dióxido de carbono
Las bolsas de algodón se consideran las peores. Son las que
más dióxido carbono requieren para fabricarse y también necesitan mucha agua.
"El algodón es un cultivo bastante intenso para
producir, por lo que esto conlleva las mismas preocupaciones que tenemos con
algunos de los problemas de la moda rápida", añade Bates.
En 2006, la Agencia Medioambiental de Reino Unido examinó una
serie de bolsas hechas de diferentes materiales para averiguar cuántas veces
necesitaban ser reutilizadas para alcanzar un nivel de calentamiento global
inferior al de una bolsa plástica de único uso.
El estudio determinó que las bolsas de papel necesitaban ser
reutilizadas al menos tres veces, una menos que las de plástico (cuatro
ocasiones).
Por otro lado, esta agencia también concluyó que las bolsas
de algodón necesitaban ser usadas hasta 131 veces. Y eso por la alta cantidad
de energía que se usa para producir y fertilizar el hilo de algodón.
Pero incluso si las bolsas de papel requieren el menor de los
usos, existe una consideración práctica: ¿durará lo suficiente para sobrevivir
al menos tres viajes al supermercado?
Las bolsas de papel no duran tanto como las otras, siendo así
más probable que se rompan, sobre todo si se mojan.
Como conclusión, la Agencia Medioambiental británica
estableció que "es poco probable que una bolsa de papel pueda reutilizarse
el número de veces recomendado debido a su poca durabilidad".
Las bolsas de algodón, por otra parte, son las más duraderas
y tienen una vida útil mucho más larga.
A pesar de su poca durabilidad, una ventaja de las bolsas de
papel es que se descomponen mucho más rápido que las de plástico. Por lo tanto,
es menos probable que supongan una fuente de basura o un riesgo para la vida
silvestre.
Las bolsas de plástico pueden tomar entre 400 y 1.000 años
para descomponerse, y se han convertido en símbolo de los problemas causados
por la contaminación por plásticos.
Pero de acuerdo a la familia del hombre que creó las bolsas
de plástico, Sten Gustaf Thulin, su diseño tenía el objetivo de ayudar al
planeta y ahora él está sorprendido y decepcionado en lo que se han convertido.
"Para mi papá, la idea de que las personas simplemente
las desecharan sería muy extraño", dijo su hijo, Raoul Thulin.
Sten inventó la bolsa de plástico en Suecia en 1959.
Entonces, las personas usaban bolsas de papel y muchos árboles fueron talados
para satisfacer la demanda.
Así que creó una bolsa fuerte que fuese ligera y durara
varios años.
Para él significaba que las personas la usaran una y otra
vez, y así se cortaban menos árboles.
"Lo que a todos se nos recomienda hoy, que es llevar
nuestras propias bolsas a la tienda, él ya lo hacía en los 70 y los 80",
dijo Raoul Thulin.
Pero las personas desechan las bolsas de plástico después de
usarlas una sola vez, por lo que ahora el mundo debe lidiar con un gigantesco
problema de contaminación por plásticos.
Entonces, ¿qué es lo mejor?
Muy simple. Si reemplazas tus bolsas con frecuencia, el
impacto medioambiental será mayor.
"Entonces la clave es reducir el impacto de estas
bolsas, sin importar el material y reutilizarlas tanto como sea posible",
según Margaret Bates.
Muchos olvidan traer sus bolsas reutilizables en sus
semanales visitas al supermercado y terminan comprando más bolsas a la hora de
pagar.
Y esto tiene un impacto mucho mayor comparado al de usar una
bolsa sin importar su material.
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