Escribe Rudy Arimuya
14/10/2025
Una lista de “empresarios”
exitosos en la lucha contra el calentamiento global ha incluido nombres como
Michael Bloomberg, Alexandra Ocasio-Cortez y los ganadores del Premio Goldman.
Como líderes y ambientalistas, estas figuras han reconocido el valor del mundo
natural en esta época en que la mayoría de la gente opina que la Amazonía tiene
un gran potencial y existe un interés mundial sobre su agua dulce.
El escritor norteamericano Cameron Stracher, autor del libro LAS GUERRAS DEL AGUA, escribió sobre aquel problema mundial que padece la Amazonía. Esta es la forma de mi pensamiento que he estado analizando y escribiendo acerca del calentamiento global, la crisis del agua dulce y la forma de colonialismo que se realiza en las organizaciones cuasigubernamentales, tales como el Banco Mundial y las Naciones Unidas. Estas burocracias toman decisiones que tienen un gran impacto en regiones enteras. El Banco Mundial ha buscado el desarrollo de la Cuenca del Amazonas, inyectando incontables millones de dólares en este sistema ecológico. Desgraciadamente, la intervención del banco ha acelerado la destrucción de la selva tropical.
Lamentablemente, hoy en día, los ambientalistas y ecologistas en el mundo han empleado su espíritu empresarial con criterios guiados por el oportunismo político. La perspicacia empresarial no les falta; los del movimiento ambiental entienden que la política, el lobby, la histeria colectiva y el toque de puertas a los ministros son las herramientas adecuadas para conseguir sus objetivos políticos. No hay progreso, no hay recurrencia a mecanismos de producción para emplearlo con provecho personal, político y social.
Los ambientalistas y las organizaciones no gubernamentales, por medio del Gobierno noruego, han invertido más de cincuenta millones de dólares en la conservación del medioambiente en la Región Loreto, a través de campañas de aumento de fondos, de la protección de la conservación de las maderas y de la protección contra la contaminación de los ríos. Sin embargo, el gobernador de ese entonces, Fernando Meléndez, ha concesionado tierras maderables a su empresa para explotación de árboles junto con su hermano, el congresista Jorge Meléndez. A pesar de esto, la Fiscalía y el Poder Judicial no han realizado la investigación y la detención justas. Es así que, motivados a politizar el tema de la CONSERVACIÓN AMBIENTAL, los políticos y burócratas internacionales están interesados en la Amazonía a través del DESARROLLO SOSTENIBLE implantado por la ONU.
Un monopolio privado causa más daño a los bolsillos que un monopolio público. A un empresario privado, al perseguir el lucro, no le interesaría dejar sin agua a la gente. Las transacciones avaladas por el FONDO MONETARIO INTERNACIONAL se han vendido sobre precios base, no al precio de la libre oferta y demanda, como sería un remate al mejor postor. Y no solo eso, sino que además se han diseñado marcos regulatorios rígidos que han impedido la entrada de más líderes. El progreso está atrapado en las veleidades primaverales del monopolismo y el mercantilismo político, habiendo perdido la perspectiva holística del problema que tenemos entre manos. El MINISTERIO DE ENERGÍA Y MINAS se está haciendo el "muertito" con la reforma del rol de la conservación del medioambiente y se está dando mucha prioridad a la ejecución de la "bomba de tiempo" sobre las últimas negociaciones que están tratando en Toronto, Canadá, para invertir en la minería y la energía de hidrocarburos, y así contaminar los ríos y las quebradas, algo que hace mucho tiempo vienen implantando en las zonas del río CORRIENTES, SAMIRIA, PUINAHUA, TIGRE y NANAY.
Los capitalistas ambientales o "ecocapitalistas" son empresarios que usan herramientas de negocios para preservar espacios abiertos, desarrollar hábitats silvestres, salvar especies en vías de extinción y, generalmente, mejorar la conservación del agua. Todas las ONGs ambientalistas que defienden el agua a nivel mundial están fijadas en el dinero y las cosas se mueven con mucha plata. Tal es el caso de la GUERRA DEL AGUA, una serie de propuestas que tuvieron lugar en la ciudad de COCHABAMBA, en Bolivia, entre los meses de enero y abril del año 2000. Su detonante fue la privatización del abastecimiento del agua potable, impulsada por el BANCO MUNDIAL, y la multinacional BECHTEL firmó contrato con Hugo Banzer, presidente de Bolivia, para privatizar el suministro de agua potable a la ciudad de Cochabamba. Surgieron quejas, se declaró ley marcial y la policía boliviana mató a un joven y encarceló a 172 presos participantes en las protestas.
Todo este suceso pasa por la Guerra del Agua, por la necesidad de la humanidad que padece hambre y sed a causa de la mezquindad política que los agobia cada día que el sol radiante ilumina la aflicción del hombre.

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