- La Junta Nacional de Palma Aceitera del Perú
(JUNPALMA) se ha comprometido a firmar un futuro acuerdo para la
producción de aceite de palma sostenible y libre de deforestación.
- Según una publicación de fines de 2018 de
MAAP, en base al análisis de imágenes satelitales, las plantaciones de
palma en la Amazonía peruana han causado la deforestación de al menos 31
500 hectáreas.
A mediados de agosto, la Junta Nacional de Palma Aceitera del
Perú (JUNPALMA) se comprometió a firmar un futuro acuerdo para la producción
del aceite de palma sostenible y libre de deforestación. El compromiso fue
garantizado por la Federación Nacional de Vida Silvestre (NFW, por sus siglas
en inglés) con sede en los EE. UU., en colaboración con el gobierno local, los
productores y la organización de conservación local independiente, Sociedad
Peruana de Ecodesarrollo.
Si la JUNPALMA cumple el acuerdo de libre de deforestación,
Perú sería el segundo país en América del Sur, después de Colombia, en asumir
este compromiso.
El anuncio fue realizado durante la IX Expo Amazónica, la
cual se centra en la promoción y el debate del desarrollo sostenible de la
Amazonía del Perú. Según la NFW, si tiene éxito, Perú podría tener aceite de
palma libre de deforestación para 2021. Durante la EXPO, los representantes de
Agricultura y Riego presentaron los objetivos del gobierno nacional para
desarrollar una agricultura libre de deforestación con la atención puesta en
las parcelas familiares y los pequeños productores.
Los pequeños productores trabajan de manera independiente y
le venden su producción a las plantaciones cercanas. El intercambio no es
siempre financiero —a menudo implica prestaciones como créditos durante los
primeros años cuando los árboles todavía no producen—.
“Estamos comprometidos a garantizar que este acuerdo se
convierta en realidad”, dijo Gregorio Sáenz, director general de la JUNPALMA,
en un comunicado a mediados de agosto. El proceso lleva dos años trabajándose.
Además, más de mil organizaciones indígenas peruanas llevan
mucho tiempo trabajando para garantizar títulos formales de propiedad para sus
comunidades, por un total de unos 20 millones de hectáreas. A principios de
2016, se otorgaron certificados de posesión para 17 parcelas en Santa Clara de
Uchunya en un área reclamada por la comunidad como parte de su territorio
ancestral.
Más tarde en el 2016, el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía
Andina (MAAP), una iniciativa desarrollada por la ONG Conservación Amazónica,
publicó imágenes tomadas por satélite en la región el río Aguaytía, alrededor
de las plantaciones en Santa Clara de Uchunya, que muestran la rápida
deforestación. La historia de Santa Clara de Uchunya es típica de cómo la
deforestación en la Amazonía del Perú tiene lugar cuando la gente se instala y
despeja la tierra en un intento por obtener los títulos de propiedad.
El avance hacia la detención del desarrollo en la Amazonía
del Perú ha estado plagado de inmensos obstáculos.
La Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sostenible (RSPO,
por sus siglas en inglés) —la asociación de certificación de aceite de palma
sostenible más grande del mundo— está compuesta de una mezcla de productores de
aceite de palma, grupos activistas y empresas de consumo.
La organización se ha enfrentado a deserciones en su lista de
miembros como el caso del grupo Melka en
Perú. El consorcio fue vinculado a la destrucción a gran escala de selvas en la
Amazonía del Perú, la tala de bosques primarios y conflictos con las
poblaciones indígenas. Por ejemplo, el grupo fue acusado de despejar más de
5000 hectáreas de bosque en territorio indígena entre 2010-2015.
Organizaciones en la RSPO pueden presentar quejas sobre
asuntos como la tala ilegal de bosques y la ocupación de territorio indígena.
Los científicos del MAAP han estado siguiendo la situación
durante años. En 2018, publicaron una Línea base de palma aceitera para la
Amazonía peruana para presentar el impacto de este cultivo en la pérdida de
bosque. Lo que logró documentar este análisis, publicado en noviembre de 2018,
es que «[existen] más de 86 600 hectáreas de palma aceitera, de las cuales
confirmamos la deforestación directa de, por lo menos, 31 500 hectáreas». El
equivalente a 59 000 campos de fútbol, señala la publicación.
El acuerdo de la JUNPALMA podría suponer una herramienta
fundamental para detener esta destrucción. Entre los implicados se encuentran
el Ministerio de Agricultura de Perú, empresas privadas del sector del aceite
de palma y varias ONG. Según la NWF, la lista completa de posibles signatarios
todavía no ha sido determinada.
El portavoz de la NWF, Mike Saccone, le dijo a Mongabay que
“una hoja de ruta hacia un acuerdo formal” está siendo elaborada por el
Ministerio de Agricultura, la JUNPALMA y miembros de la sociedad civil.
Dijo que la NWF no prevé que el acuerdo perjudique a los
mercados nacionales ni internacionales. “Todas las palmas aceiteras plantadas
antes de la fecha límite acordada pueden seguir produciendo y se pueden
promocionar oportunidades para mejorar la productividad en los terrenos
existentes”, dijo.
Saccone calificó este acuerdo «como una novedad para el Perú»
y agregó que “aunque el acuerdo sería un paso totalmente nuevo […] no
anticipamos ningún problema significativo para conseguir un acuerdo firmado”.
*Imagen principal: dos plantaciones de aceite de palma en
Perú, que suplantan bosque primario. Fotografía cortesía de la Agencia de
Investigación Ambiental.
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