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LA LECTURA COMO DERECHO HUMANO Y COMO POLÍTICA Y EMANCIPACIÓN SOCIAL


La amenaza de estar construyendo un mundo distó-pico, que ya dio innumerables pruebas de que es estructuralmente desigual  e injusto para la mayoría de seres humanos , muestra al mismo tiempo, que es necesario y urgente buscar un equilibrio socioeconómico y una mejor comprensión  de la complejidad del mundo  que construimos ahora. La crisis del planeta en sus múltiples aspectos es una crisis civilizadora que requiere reflexión critica y decisiones estratégicas que preserven al ser humano.

Más que en cualquier otro tiempo, la velocidad y la proliferación de incontables informaciones que nos bombardean a cada segundo,  por las vías virtuales y tradicionales, está provocando diversas certezas que se toman como absolutas y de obediencia ciega ante supuestas verdades que son impuestas por los dueños de los medios y de sus contenidos. Mas que nunca, en el siglo XXI, de la información y del conocimiento, se necesita recuperar la autonomía y la independencia de la palabra de cada uno de los ciudadanos que habitan las naciones.

El acto de leer plenamente, autónomamente y críticamente se impone como la única vía posible segura para superar  democráticamente las barreras  en el acceso a la lectura que mantienen a los seres humanos en condiciones se desigualdad. Si todos dominamos la lectura y la escritura, tendremos condiciones, en tanto ciudadanos, de comprender el mundo y el conjunto de sus relaciones humanas. El lector competente, investido de la palabra , realiza la lectura de forma múltiple y diversas,  consigue percibir y analizar igualmente las diversidades humanas y las diferentes visiones que cada civilización tiene del mundo , y sabe la importancia de respetar las prácticas cultuales y sociales de todas los pueblos. En suma, el dialogo se torna posible.

El acto de la lectura plena es un acto de comprensión de sí mismo y de los otros, y se constituye como el cimiento de las sociedades democráticas que tenemos el ético de construir si queremos un mundo mejor para todos y una convivencia social armónica y justa. Es en este ámbito de la construcción del ciudadano y de la democracia que la lectura toma la dimensión únicamente educativa. En brasil situamos este concepto en la idea de cultura que tuvo como norte la gestión del ministro Gilberto Gil cuando  estuvo frente del Ministerio de Cultura(2003-2008). se entiende que la perspectiva cultural se desenvuelve en tres dimensiones principales: como valor simbólico, como derecho de los ciudadanos y como economía creativa.

Desde esta prospectiva, el derecho a la lectura consolida el derecho al pleno ejercicio de la ciudadanía porque esa es imprescindible  para que los ciudadanos ejerzan todas sus potencialidades humanas. Ser autónomo en la lectura y en la escritura, en una sociedad que exige esto como condición básica para el desarrollo sostenible del individuo o de las comunidades, es obtener, mediante el derecho a la lectura, la llave de todos los otros derechos humanos. El dominio acto de leer y escribir, y su derecho de obtener este dominio, condicionan el desarrollo de los ciudadanos en múltiples aspectos y ámbitos  de la vida: en el trabajo, en la salud, en su relación con su naturaleza y el medio ambiente, en el universo de las ciudades, y en la vida íntima y familiar.

Si comprendemos a la lectura como un derecho en esta eres de la manifestación y del conocimiento, esta se constituirá como elemento central y parte fundamental en la búsqueda de la unidad o¿política nacional que sera fruto de un pacto social, cultural y educativo del Estado, cuya ambición superior sea la construcción de un país y de una región soberana, independiente, sustentable, que respeta la democracia y aspira a una sociedad mas equitativa.

Esta  es la gran posibilidad que proporciona este instrumento de dialogo, sin ser determinante, la lectura nos abre ventanas para la utopía de una sociedad armónica. Mario Quinatana, uno de los mayores poetas brasileños, tenia una frase lapidaria al respecto que me gustaría compartir  con los lectores de este libro: Los libros no cambian el mundo, quien cambia el mundo son las personas. Los libros solo cambian a las personas.

 Texto extraído del Libro Criticar un río es construir un puente.Silvia Castrillón

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